¿Qué ejercicio me conviene según mi edad?


A los 20, a los 30, a los 40... dependiendo de tu edad te vendrá mejor practicar una actividad física u otra. ¡Descúbrelo!
La práctica de ejercicios adecuados a cada edad es fuente de salud y de bienestar físico y mental. Realizar algún deporte es fundamental para mantenernos en forma evitando en lo posible enfermedades y disfunciones de nuestro organismo. ¿Quieres saber cuál es el que mejor te va?

Una alimentación equilibrada y un poco de ejercicio son la mejor receta para una vida saludable. Desde un simple paseo hasta deportes de mayor impacto como tenis, baloncesto, pádel, jogging, etc … cualquier ejercicio deportivo y aeróbico implica poner “en marcha” nuestro corazón, incrementar la velocidad de la circulación sanguínea y hacer que los músculos trabajen poniendo en movimiento las distintas articulaciones.

El deporte debe adaptarse a las características físicas de cada persona. Hay que tener en cuenta que lo que es bueno para algunos puede resultar contraproducente en determinados casos. La edad y el estado general de salud determinarán la actividad más adecuada y su grado de intensidad.
Un deporte para cada edad
Durante la infancia y la adolescencia el deporte es fundamental para un correcto desarrollo. Es además una actividad divertida que contribuye a la formación ¿Cuál es el más adecuado? Sencillamente el que más le guste y con el que más disfrute el niño, siempre que no exista ninguna patología que lo haga desaconsejable.

A LOS 20

A partir de los 20 años aproximadamente, el cuerpo humano alcanza su nivel óptimo de desarrollo. En esa maravillosa juventud el organismo tiene energía de sobra para llevar a cabo una actividad física intensa y los deportes más aconsejables son los encaminados a incrementar la resistencia y la potencia del mismo.

Por desgracia, en la actualidad, muchos jóvenes pasan gran parte de su tiempo ante la televisión y aún más ante el ordenador por lo que hay que insistir en la importancia del deporte a estas edades tempranas para, por un lado, adquirir hábitos saludables y, por otro, para obtener las máximas posibilidades del propio cuerpo previniendo así una buena forma física en años futuros.

Fútbol, baloncesto, atletismo, jogging, actividades aeróbicas, ciclismo, gimnasia deportiva, marcha, senderismo… es el momento óptimo para que los distintos grupos musculares alcancen su total desarrollo de forma natural.

A LOS 30

Hacer algo de ejercicio diario o practicarlo al menos tres veces a la semana es una magnífica forma de prevenir los problemas que pueden presentarse a medida que avanzan los años, especialmente superada la treintena. La vida sedentaria, el stress y los cambios físicos propios de la etapa de madurez pueden provocar un aumento de la grasa corporal localizada en determinadas zonas, como abdomen y caderas, la disminución de la masa muscular y la progresiva descalcificación de los huesos. Es el momento de elegir el deporte que mejor se adapte a tus características y a tus gustos.

Una tabla adecuada de ejercicios variados durante media hora (en el gimnasio o en casa) y al menos tres días en semana harán que te mantengas en forma previniendo problemas cardiovasculares, al tiempo que tonificas tus músculos y retrasas el proceso vital de envejecimiento al conseguir una mejor oxigenación de los tejidos.

El ejercicio aeróbico es perfecto (y divertido) y si lo prefieres, el baile es una actividad que moviliza grasas, músculos y corazón de manera poco agresiva. La bicicleta es también más que recomendable, siempre que empieces pedaleando unos pocos minutos y vayas alargando las sesiones de forma progresiva. Otro deporte adecuado a partir de los treinta es el tenis, ya que, tonifica con suavidad los músculos de piernas y brazos al tiempo que moldea la figura y favorece la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio. Si estás en buena forma el pádel es un deporte de fuerza, resistencia y rapidez y un magnífico “quema calorías”.

A LOS 40

La llegada de los cuarenta no tiene por qué significar que descuides tu forma física. En esta etapa deben empezar a limitarse los ejercicios de alto impacto con saltos y caídas bruscas y optar por deportes cuyo objetivo sea tonificar los músculos, de forma que se evite la temida flacidez (unas pesas pueden ser de utilidad), y se ayude a mantener los huesos en buen estado. Caminar es recomendable a cualquier edad, pero a medida que los años avanzan se convierte en el deporte más sencillo y en uno de los más completos para el conjunto del organismo.

Las tablas de yoga, pilates, taichi o simplemente una serie de ejercicios gimnásticos que persigan estirar músculos y fortalecer huesos son perfectas para esta etapa. Por otra parte, los deportes que se practican en el agua, especialmente natación y aquagym, son adecuados para cualquier edad y más que recomendables a partir de los cuarenta. El ejercicio en el agua es especialmente agradable, muy seguro (es difícil que este medio se produzcan lesiones musculares) y pone en movimiento todo el organismo casi sin que te des cuenta. La natación es magnífica para prevenir lumbalgias y problemas con las articulaciones (artritis, artrosis, etc).

DE LOS CINCUENTA EN ADELANTE

Siempre que no haya ninguna contraindicación médica, a partir de los cincuenta, sesenta o setenta ¿por qué no? Dedicar unos minutos al ejercicio diario contribuirá a un mejor estado general de la salud. La natación, caminar o una tabla de ejercicio suave harán que te sientas estupenda a cualquier edad