Haciendo ejercicios en el trabajo


Muchas personas se quejan de que su trabajo no les permite hacer ejercicio, sin embargo con un poco de ingenio esto puede solucionarse fácilmente. El trabajo puede convertirse en una buena oportunidad para ejercitarse y así matar dos pájaros de un tiro.

Claro, no hablamos de convertir tu oficina en una sala de musculación ni ir a trabajar de sudadera y zapatillas para salir a correr; sin embargo, te daremos algunos consejos para ejercitarte mientras trabajas y así conseguir el tiempo que dices que te falta para hacer actividades físicas.

En primer lugar recomendamos comenzar la jornada haciendo ejercicio. Camina hasta una parada de autobús lejana o aparca tu coche lejos de tu casa, y cuando llegues a tu trabajo utiliza las escaleras en lugar de utilizar el ascensor.

Dentro de tu trabajo, incluso, procura caminar las distancias más lejanas posibles. Por ejemplo, si te quieres hacer un café prepáratelo en el piso de arriba, o si tienes que ir al baño ve al baño más lejano de tu oficina. Además, en lugar de hablar por MSN o por teléfono con tus compañeros, es mejor si te diriges hacia sus oficinas para conversar con ellos.

Durante llamadas telefónicas o mientras escuchas tus mensajes en la contestadora puedes hacer algunos estiramientos para aliviar la tensión.

Finalmente, utiliza tu hora de almuerzo para ir al gimnasio. Dedica media horita a correr en una caminadora o a hacer un poco de bicicleta. No tienes que saltearte el almuerzo para ello; simplemente almuerza en tu escritorio mientras llevas a cabo alguna tarea poco demandante.