Cómo mantener la higiene en el gimnasio


Transpiración, humedad, aire viciado… El gimnasio puede ser un festín para los gérmenes que circulan en el ambiente. Mucho más, si el local no cuenta con personal de limpieza que nos asegure que las máquinas y aparatos se encuentren libres de suciedad.

Si eres aficionado al gimnasio seguramente pases unas cuantas horas allí y por lo tanto, estarás más expuesto a las bacterias. La higiene es básica para la buena salud, por eso aquí tienes unos consejos para mantener la higiene en el gimnasio y así ejercitarte sin problemas.


Inspecciona el gimnasio. ¿El lugar está medianamente limpio? ¿Los aparatos están en buenas condiciones? ¿Hay buena ventilación? Es esencial que te plantees estas interrogantes para comprobar si el gimnasio cuenta con la higiene básica. De esa manera, podrás quedarte tranquilo de que te ejercitas en un ambiente limpio y puro.

No camines descalzo. El piso del vestuario, de los baños y el sauna de un club son fuente de muchos gérmenes, entre ellos hongos y bacterias. Camina siempre con sandalias u ojotas.

No compartas tu jabón. Compartir el jabón y el desodorante con nuestros amigos o compañeros puede ser algo común en el gimnasio. Sin embargo, es una manera fácil de circular los gérmenes.

Cubre tus heridas. Cubre tus heridas – por más pequeñas que sean - una curita o una venda, pues las bacterias pueden acumularse en ellas, lo cual es muy peligroso porque se pueden infectar.

Desinfecta. Lleva alcohol en gel o toallas húmedas para limpiar tus manos antes y después de ejercitarte. Procura no tocarte el rostro con las manos sucias.

Lleva tu propia botella de agua. El agua es fundamental para hidratarnos luego del ejercicio. Si algún día te olvidas de tu botella, procura ir a comprar una en lugar de beber del bebedero del gimnasio, pues es una fuente de gérmenes que mejor evitar.

Ahora que sabes estos consejos para mantener la higiene en el gimnasio, ponlos en práctica cuando vayas a ejercitarte.