Factores psicológicos


A lo largo del año, en multitud de ocasiones nos planteamos el comenzar una rutina de entrenamiento, pero por diversas circunstancias todo aquello que habíamos programado y planteado no lo llevamos a término.

¿Qué factores son los que influyen en ello?


El más importante es la motivación, podemos desear un cambio en nosotros mismos, tonificar nuestro cuerpo, perder peso, ganar en volumen en determinadas zonas del cuerpo… pero ello nos implica una serie de esfuerzos que en un principio somos capaces de aportar, pero a la larga abandonamos.

Deseamos resultados a corto plazo, un refuerzo que nos indique que lo estamos haciendo tan correctamente que estamos acercándonos a nuestro objetivo, estamos en el bueno camino. El inconveniente es, que dependiendo de nuestra biología, podemos cambiar o no con facilidad, ninguno de los dos es mejor que el otro, si el cambio es fácil podemos volver a perder lo ganado y viceversa.


Por tanto, a parte de motivación necesitamos persistencia.

Ser persistente en nuestros esfuerzos no es una tarea fácil, lo mejor es conseguir una rutina diaria que implique que tras dos semanas haciendo ejercicio sintamos que nos falta, que nos de tiempo a notar los múltiples beneficios que nos aporta tanto física como psicológicamente y nos lleve de nuevo a esforzarnos. Si nos cuesta más establecer una rutina solos es recomendable asistir a un gimnasio o quedar con amigos para hacer ejercicios.

En último término sería el rendimiento, cuando rendimos de manera eficiente somos capaces de lograr los objetivos, nuestro cuerpo y nuestra mente lo nota, estamos satisfechos y eso afecta a nuestra motivación para continuar en nuestro esfuerzo.