La actividad fisica en la mujer


La actividad fisica en la mujer


Actividad física y prevención En el marco del año que la Organización Mundial de la Salud está dedicando a promover los beneficios de la actividad física, la mujer ocupa un lugar de especial atención. (*) La actividad física regular, combinada con los buenos hábitos alimenticios, puede mejorar la salud de las mujeres y contribuir a prevenir muchas de las enfermedades que constituyen las principales causas de muerte y discapacidad que las afectan en todo el mundo. Ha sido ampliamente comprobado que el ejercicio ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Estas dolencias, que comprenden las enfermedades cardiacas, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, representan un tercio de la mortalidad femenina de todo el mundo. Las enfermedades cardiovasculares son responsables del 50% de las muertes de las mujeres de más de 50 años en los países en desarrollo. Esta conjunción de actividad regular y dieta controlada y saludable, ha demostrado también ser uno de los medios más eficaces para controlar la obesidad leve y moderada y mantener el peso ideal en las mujeres. La diabetes afecta a más de 70 millones de mujeres de todo el mundo. Según las estimaciones, esta cifra se duplicará en el año 2025. La diabetes, junto con las enfermedades cardiovasculares, puede provocar ceguera, daños del sistema nervioso, insuficiencia renal y úlceras y amputación de los pies. Según un estudio reciente, incluso una actividad física moderada y unos cambios dietéticos discretos pueden prevenir más de la mitad de los casos de diabetes no insulinodependientes. Más beneficios La actividad física puede asimismo contribuir enormemente a prevenir y controlar la osteoporosis. Es ésta una enfermedad en la que los huesos se debilitan y tienen mayor tendencia a romperse. Las mujeres, particularmente después de la menopausia, corren un mayor riesgo de padecer osteoporosis que los hombres. Esto se debe al déficit en la producción de hormonas sexuales que eran indispensables para la procreación, y que ahora ya no produce, pero que además actúan en un sinnúmero de procesos orgánicos femeninos. Las actividades que requieren la carga del propio peso, como andar, bailar o correr, son esenciales para un desarrollo óseo normal en la infancia y la adolescencia, y pueden ayudar a disminuir la pérdida ósea. Además mejoran la fuerza muscular y el equilibrio y reducen el riesgo de caídas, contribuyendo de esa forma a prevenir las fracturas. La artritis es una causa importante de limitación de la actividad entre los adultos y las personas de edad. La actividad física es un medio de controlar la inflamación y el dolor articulares provocados por la artritis, reduciendo así las repercusiones de la enfermedad en el bienestar diario. Pero el ejercicio no sólo muestra sus beneficios a nivel corporal y orgánico, sino que puede mejorar la calidad de vida de la mujer tomada como una integridad física-psíquica y espiritual. La actividad física regular ayuda a reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y el sentimiento de soledad, lo cual es particularmente importante para las mujeres, ya que su índice de depresión duplica al de los hombres tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. La actividad física ayuda también a desarrollar la autoestima y la confianza y promueve el bienestar psicológico y la integración social.


Fuente: http://www.dietas.com/