Los ejercicios aeróbicos son todos aquellos que requieren mantener un esfuerzo prolongado en el tiempo a una intensidad media o baja. La forma correcta de hacer los ejercicios de resistencia aeróbica es manteniendo un equilibrio entre el aporte de oxigeno y el consumo de oxígeno. Es por esto que se llama a este tipo de ejercicios así.
El ejercicio aeróbico, por excelencia es correr, pero hay algunas técnicas para entrenar la resistencia aeróbica. También se puede considerar ejercicios de resistencia aeróbica actividades como el ciclismo, la natación, el remo, el patinaje y el esquí de fondo, entre otros. Lo que se debe controlar para saber si lo estamos haciendo bien son las pulsaciones. Las pulsaciones del corazón deben mantenerse dentro de las 150 o 170 por minuto.
Una carrera común de unos 40 minutos como mínimo hará que mejoremos nuestra capacidad aeróbica, esto esta muy bien para comenzar. Pero si queremos seguir desarrollando la resistencia aeróbica podemos hacer carreras con cambios de ritmo.
Sin pausas y acelerando cuando sentimos que las pulsaciones están bajando o cuando nos parece que tenemos la energía suficiente. Esto es bastante más exigente que correr 40 minutos a un ritmo regular, es preferible correr lento y no fatigarse antes que dejar de correr y caminar. Cuando se deja de correr, el ejercicio deja de tener efecto y hay que volver a empezar. El equilibrio lo decide cada uno según lo que sienta en ese momento. Para lograr un desarrollo aeróbico es necesario que las pulsaciones del corazón se mantengan siempre constantes.
Podemos verificar nuestras pulsaciones sin dejar de correr. En distintas zonas del cuerpo como en las muñecas, en las venas que se encuentran cerca del oído o en la parte izquierda del pecho podemos sentir las pulsaciones si nos tocamos. Controlamos con un reloj con segundero que las pulsaciones estén entre 150 y 170.
