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Cómo curar un esguince de tobillo


Cuando se sufre una torcedura de tobillo es muy probable que resulte en un esguince que, dependiendo de su nivel, puede ser tratada sin ayuda médica. Los síntomas de esta lesión suelen ser hinchazón, dolor agudo y dificultad para apoyar el pie, que deben ser tratados con distintos métodos.

Para saber cómo curar un esguince de tobillo es necesario aclarar que el procedimiento comienza por limitar el movimiento del tobillo. Se aconseja que esta medida tenga una duración de una semana, durante la cual se usará calor y frío para reducir la inflamación causada por el esguince

Para el calor se puede usar un recipiente con agua templada, en donde se sumergirá el pie hasta cubrir el tobillo, para el elemento frío la alternativa es una bolsa de hielo, que debe mantenerse sobre el área afectada durante máximo 20 minutos, evitando así una quemadura.


Otra medida que se puede adoptar para curar un esguince de tobillo es la elevación del pie, entre más cercana al momento de la lesión, mejor, pero también puede sacarse beneficio de ella si se hace días más tarde.

Las vendas son importantes en la curación de un esguince de tobillo, pues ayudan a disminuir la hinchazón y le dan soporte, necesario para regresar a las actividades normales. Aunque el dolor seguirá presente, se debe revisar que provenga del esguince y que su causa no sea la presión ejercida por el vendaje, que de ser excesiva, podría perjudicar la circulación. Esta etapa puede durar de una a dos semanas, según la evolución.

Siete o quince días más tarde, después del esguince, se puede retomar la rutina normal permitiéndole al tobillo movimientos suaves, sin resistencia, teniendo mucha conciencia de las superficies que se pisan y de los obstáculos que se encuentran en el camino. Cuando el estado del tobillo mejore, se pueden hacer ejercicios con mayor resistencia y de flexibilidad, en ellos está la clave para una recuperación completa que no provoque nuevas lesiones en el futuro, a causa de la pérdida de la integridad en la articulación.

Cómo prevenir el dolor de rodilla


El dolor de rodilla es una de las molestias más frecuentes en las personas cuando hacen ejercicio, por esa razón se conocen varias medidas que puedes tomar para prevenirlo y mantener sanas tus rodillas.

Calentar correctamente antes de hacer ejercicios es muy simple, además hace que el líquido sinovial, encargado de lubricar tus articulaciones, reduzca la fricción y el esfuerzo que estas deben hacer para completar todos los movimientos.

Mantener en forma la función de tu cadera te da la capacidad de completar un número más grande de ejercicios, además no le exige a tus rodillas más fuerza de la que deben ejercer para algunas rutinas de ejercicios. Tener en forma el centro de tu cuerpo también hace que el control del fémur, la estabilidad y otras acciones biomecánicas se lleven a cabo apropiadamente.


La función de tus tobillos también tiene mucha relación con la salud de las rodillas, así que si quieres prevenir el dolor puedes observar qué tanta movilidad logras con ellos, por ejemplo dibujando círculos imaginarios en el aire con la punta de los pies. Si tienes problemas para lograrlo debes pensar en incluir ejercicios para mejorar la flexibilidad de tus tobillos, que a su vez facilitarán la función de tus rodillas, porque cada articulación absorberá la fuerza que le corresponde en cada movimiento.

Si tu rutina de ejercicios no es sólo para mantenerte saludable, si va más allá, buscando reconocimientos deportivos o alcanzar nuevas marcas debes considerar los suplementos alimenticios. Tu cuerpo tendrá exigencias mayores a las promedio y necesitará refuerzos. La glucosamina y los aceites derivados del pescado pueden ayudarte a mantener saludable el tejido de tus rodillas, disminuirán las inflamaciones y prevendrán dolores.

Tan importante como el calentamiento es el enfriamiento. Los músculos y las articulaciones necesitan tiempo para recuperarse de las actividades, así que para prevenir el dolor de rodilla abre un espacio en tu rutina de ejercicios para completar series de estiramiento que le darán a tu cuerpo la transición que necesita para suspender la demanda física.

Recuerda que tu cuerpo tiene formas especiales de transmitir mensajes y la mejor forma de prevenir el dolor es prestándole atención a los avisos que envía.

Tratamientos para reducir el dolor de espalda


Un malestar muy común es sentir dolor de espalda, inclusive lo podemos llegar a sentir en forma crónica. En el caso de los tipos de dolor de espalda crónicos existen una serie de tratamientos que pueden ser quirúrgicos y otros no quirúrgicos.

Si estás pasando por un fuerte dolor de espalda lo primero que tienes que hacer es consultar a tu médico, habrá que descartar si es crónico o no. Y en el caso de que lo sea, veremos hoy una serie de tratamientos no quirúrgicos para enfrentarte al dolor de espalda.


*Un buen calmante es colocar en la zona algo muy frío o caliente. Cambiar la temperatura de la zona.

*Ejercitarte puede ayudar en los casos de dolor de espalda crónicos.

*Antiinflamatorios como el ibuprofeno pueden aliviar tu dolor de espaldas y la inflamación.

*Estirar la espalda también es una buena forma de prevenir el dolor.

*Un clásico contra el dolor de espalda es la acupuntura.

*También dar presión a las zonas afectadas puede ayudar a través de la acupresión.

*El método Rolfing de masaje es otra de las alternativas con las que podrás contar.

Éstas son algunas sugerencias de tratamientos para reducir del dolor de espalda, es importante aclarar que ante un dolor de este tipo lo mejor es visitar rápidamente al médico para evitar que un simple dolor se convierta en un problema de salud más grave.

Tratamiento para la contractura muscular


¿Terminas el día contracturado y con dolor de espalda? ¿Has realizado ejercicio y sientes dolor muscular? La contractura muscular se produce cuando un músculo ha sido sometido a un movimiento demasiado brusco o a movimientos repetitivos. Para terminar con estos dolores te contamos cuál es el tratamiento para la contractura muscular.

En primer lugar comencemos por tomar medidas preventivas. Al momento de realizar ejercicio debemos calentar para preparar el músculo. Además, los ejercicios de flexibilidad también son claves al momento de darle al musculo elasticidad.

Si ya sufrimos de contractura muscular podremos tomar las siguientes medidas para calamarla:

Consumir miorelajantes y antiinflamatorios: Estos medicamentos son utilizados para dolores fuertes. Permiten que la musculatura se relaje y, de esta forma, se reduce la contracción del músculo. Para tomar esta clase de medicamentos debe haber pescripción médica.

Dar calor local: Produce un efecto relajante y analgésico. Por lo tanto, resulta útil al momento de calmar la contracción muscular.

Masajar: El masaje provoca aumento del flujo sanguíneo, recuperando los tejidos y relajando los músculos. Los masajes deben ser dados por personal calificado. Ellos decidirán qué tipo de masaje es el más indicado para nuestro caso. Un masaje mal dado puede ser contraproducente.

Realizar estiramientos musculares: Los estiramientos así como la actividad física moderada también son útiles al momento de calmar la contractura muscular.